MISA DE INAUGURACIÓN DEL CURSO PARROQUIAL

El sábado día 22 de octubre a las 19:30 horas, día del DOMUND, ha tenido lugar en la parroquia la Misa de inauguración del curso parroquial.

Los niños y niñas de catequesis, confirmación y los y las jóvenes del Grupo Arco Iris-STJ junto con sus catequistas y monitores, han acudido a la celebración que ha sido cantada por el Coro Parroquial.

Don José Antonio ha celebrado la Eucaristía asistido por los acólitos del altar, mientras D. Ramón escuchaba confesiones.

El primer contacto de Don José Antonio con los niños ha sido para preguntar si sabían que celebrábamos hoy. Eran tres  las respuestas posibles que hubieran sido correctas, pero los niños han optado por no arriesgarse a adivinar cual estaba en la mente del celebrante, que les ha hablado del perdón, del Domund y de la misa de inauguración de curso. Parece que él se inclinaba por el Domingo Mundial para la propagación de la Fe, que eso es lo que significa DOMUND.

A continuación ha exhortado a todos a pedir perdón por nuestros pecados, cosa que hacemos con humildad pidiendo perdón al Señor por nuestra faltas y reconociendo ante nuestros hermanos que somos pecadores..

Después del rezo del Gloria, Don José Antonio, pide por las peticiones de todos, en especial por nuestra querida hermana Loli Peris y su padre, y por el grupo de ecuatorianos que ha llegado con la imagen de San Pedro a la que tienen gran devoción en la ciudad en que viven, y que reposa encima del altar.

A continuación dos jóvenes del Grupo Arco Iris y una de nuestras hermanas de la Caridad, leen la primera y segunda lectura y el salmo, acompañado por el coro.

La lectura del Evangelio, conocido como la parábola del fariseo y el publicano, nos pone frente a la disyuntiva de interrogarnos, como oramos nosotros, si como el fariseo ensalzando todo lo bueno que hacemos o como el publicano, retirado en un lugar apartado y pidiendo perdón a Dios por los pecados cometidos.

Este es el punto clave que Don José Antonio desarrolla en la homilía, dirigiéndose a los niños y preguntándoles si piden perdón por sus pecados y cuantas veces, a lo que algunos ingenuamente responden que infinitas veces. Se centra también en la definición que los chavales más mayores darían de Dios, a lo que como se puede imaginar ha habido las más variopintas respuestas, como Dios único, Dios Todopoderoso e inmortal, etc. Llegar a la mente de lo que piensa nuestro Párroco es difícil, sino imposible a veces. Yo me preguntaba por la respuesta daría si me preguntara a mi, y escogí la de Dios Padre, Dios amigo. Pero no iban los tiros por ahí, Don José Antonio esperaba que le dijeran Dios Pedagogo Universal, que nos enseña su doctrina para que nosotros la extendamos por todo el mundo, como hacen los sacerdotes y misioneros que la extienden por todo el orbe. Vamos, eso no era una pregunta de nota, era de matrícula de honor. Quisiera saber si había en la iglesia alguien que hubiera respondido eso. Pero bueno, después de la sorpresa no ha explicado como ese Dios Maestro es el que tenemos que seguir para cumplir y extender Sus enseñanzas, no las nuestras, Su Verdad, no la nuestra.

Sigue la Eucaristía con las peticiones espontáneas de los más pequeños, pidiendo unos por su familia ( los más para salir del paso repiten), hasta que un espabilado pide por ganar dinero, y ante la sugerencia de Don José Antonio, de que está bien si se pide para ayudar a los pobres que lo necesitan, le responde que no, que él quiere ser futbolista y rico (toma ya). Menos mal que lo ha arreglado el siguiente pidiendo por los enfermos, aprovechando Don José Antonio para destacar esta petición y pedir por todos los enfermos y en especia de la Parroquia y tener un gesto cariñoso con una enferma que estaba en primera fila en silla de ruedas y que le ha devuelto el gesto, cogiéndole la manos y besándoselas. Ha completado Don José Antono la petición por todos los presentes, niños y niñas y jóvenes presentes, y por sus educadores y monitores, así como por los colaboradores de la parroquia, que dedican su esfuerzo y tiempo a ella, así como por los miembros del coro parroquial.

Prosigue la misa con la Liturgia Eucarística hasta el momento en que el celebrante pide a todos los jóvenes que suban y rodeen el altar junto a él, con los que reza, unidas sus manos la oración del Padrenuestro y celebra el rito de la Paz, volviendo a continuación todos a sus lugares.

Después de la comunión, repartida con la ayuda de dos de las ministras extraordinarias de la Comunión, y la consiguiente acción de gracias personal de cada uno, Don José Antonio, da dos avisos a los presentes, el primero que a la salida se entregara el programa de formación de este año, que versará sobre la virgen María en este año mariano, y el segundo para anunciar a los presentes, después del éxito de la primera, una segunda convivencia de todos los parroquianos para el próximo 5 de noviembre. 

Pide a todos los y las catequistas, monitores y monitoras de confirmación y Grupo Arco Iris, que se reúnan al pie del altar para recibir su bendición especial que incluye la aspersión con agua bendita. 

Con la bendición final y el Podéis ir en paz termina la celebración.