ARTíCULO CONFIRMACIóN EN CONFINAMIENTO

El pasado 29 de mayo y coincidiendo con las vísperas de Pentecostés finalizamos la catequesis de Confirmación hasta después del verano. No nos vamos a engañar, ha sido un curso difícil: en noviembre perdimos a Pedro y en marzo la pandemia y el confinamiento. Pérdida de seres queridos y soledad entre cuatro paredes. Hechos que ponen a prueba al “más pintado” que se suele decir. Pero no hay que perder la esperanza:  sopló el Espíritu, y el salón parroquial se llenó de jóvenes que se acercaron, tanto como catequistas, como para conocernos porque sus amigos y amigas algo les habían contado y querían vivirlo en primera persona. Juntos participamos en el Festival de Navidad de la parroquia con un villancico escenificado con luces y sombras. Ya en enero nos fuimos de convivencias, con el lema “Somos imagen de Dios”, reflexionando sobre la dignidad de todos y cada hombre, y descubriendo que Dios nos quiere así como somos. También pudimos participar en febrero en la cena del hambre, alguna vigilia, el miércoles de ceniza y tuvimos una presentación muy didáctica en la capilla de la Cuaresma.

               Y llegó marzo con las dudas, los recelos y por fin la suspensión de las clases hasta … ¿abril? ¿después de Pascua? … ¿qué hacemos: damos confir on-line o suspendemos las clases? ¿solo contacto por WhatsApp o intentamos conectaros por vídeo?… fueron días de incertidumbre. Todos estábamos en modo multitarea: teletrabajando, atendiendo nuestra casa, a nuestras familias en la distancia, diferentes grupos de trabajo, de amigos, grupos parroquiales, clases por videoconferencia de los chicos, …muchísima información, aprendizajes nuevos, exceso de tecnología y pantallas, muchísima “efervescencia social” …

Era momento de serenarse y meditar sobre cual podía ser nuestro papel como catequistas en esta situación ¿qué podíamos hacer en/desde la distancia? Había que encontrar un equilibrio entre el contacto con los chicos, las actividades propuestas y nuestros medios y posibilidades, y crear un espacio de contacto en el que se siguiera hablando de valores, de fe, de esperanza; un espacio para el acompañamiento, que todos supiéramos que estábamos juntos, que estábamos ahí. Para ello, el equipo de catequistas propusimos diversas acciones, retos, lecturas, o enlaces a YouTube por el grupo de Whastapp, y nos conectamos los viernes a partir de San Vicente, por la plataforma que más invitados permitía. Y gracias a Jose y a Angela y a Salva participamos en actividades on-line dinámicas y divertidas para grupos.  Y Ana, Darío y Paula prepararon un vídeo grupal que será un gran recuerdo de lo que nos tocó vivir.

Y este ha sido, en resumen, nuestro año. Un año de volver a empezar, de retomar, de no soltarse, de suplir, de abrazar, de apoyarse, de pedir ayuda, de dejarse acompañar, de volverse a conocer, de mirar a lo alto. Esperamos haberlo conseguido, aunque queda pendiente vernos en persona y llenar de nuevo el salón de risas y alegría juvenil.

Y ahora, a descansar, que ya nos dijo Jesús que “bástale a cada día su afán”. Renovaremos fuerzas en verano y volveremos a preparar el próximo curso, para que podamos juntarnos de nuevo y avanzar en el camino de la fe.

Quiero dar las gracias al equipo de catequistas por su entrega generosa, su fe inquebrantable, su iniciativa y su alegría. Doy gracias a Dios por haber vivido todo esto con vosotros. Nos vemos en el camino.

P.D.: Podéis contactar con nosotros en la parroquia o directamente en confirmacionstj@gmail.com

AMPARO SIERRA (Monitora del Grupo de confirmación)

VÍDEO DEL GRUPO DE CONFIRMACIÓN REALIZADO DURANTE EL CONFINAMIENTO: