Santa Misa, concelebrada por el Párroco Don José Antonio y el Vicario Don Ramón,  en la que 98 feligreses enfermos o mayores de 65 años recibieron el Sacramento de la Unción de enfermos.

 El Párroco antes del inicio de la misa hizo para centrarnos todos un comentario en que dijo: En esta Vigilia de pentecostés recordamos a todos los enfermos y los tendremos en medio de nosotros, durante toda la celebración.

Nos recuerda D. José Antonio que en el Evangelio escuchamos como enfermos y privados que acuden en busca de Jesús, en busca de su salud y esto es lo que vamos a hacer nosotros hoy, todos los que van a recibir el Sacramento de la Unción, buscar la salud física y psíquica.

Ya el apóstol Santiago recomienda que si alguien tiene algún enfermo llame a un presbítero y que este le imponga las manos y sanará, por tanto pongámonos todos en manos de Dios y Cristo derramará sobre nosotros en esta solemnidad de Pentecostés la salud de alma y cuerpo.

Audios 1 y 2

Destaca el sacerdote en la homilía, el hecho de que los apóstoles tenían miedo y por eso estaban encerrados por miedo a los judíos y a la muerte, algo así como nosotros que sentimos miedo a la enfermedad y a tantas cosas, por eso nos viene Jesús y se pone en medio y nos dice “Paz a vosotros” No tengáis miedo.

Jesús nos invita a que confiemos en Él y no temamos a nada que nos pueda quitar la paz, ya que con Él lo tenemos todo. Hay cosas que no se pueden evitar como el avance de los años y la madurez de la vida, pero hemos de recordar que Él está siempre con nosotros.

Audios 3 y 4

“Cuando un miembro de la familia enferma, enferma toda la familia. Y estamos aquí para elevar nuestras oraciones al Señor, y darle gracias por concedernos los dones que nos permiten afrontar con paz, esperanza y alegría en el amor de Dios.

Importantes, como siempre fueron las reflexiones a las que nos condujo las lecturas de las peticiones y las indicaciones en distintos momentos de nuestro Párroco, para pedir por los enfermos presentes, pero también por los que no podían acudir a esta “UNCIÓN COMUNITARIA DE ENFERMOS“, porque todos somos una familia.

Esta fiesta es un eco del tiempo Pascual que nos debe llamar a la esperanza. Remarca que “hoy pediremos para todos los hermanos y hermanas que están en el otoño de nuestras vidas, la salud del alma y del cuerpo.”

Se puede oír completa en los audios

Agradecimiento y plegaria al Señor para que en el otoño de vuestra vida, Él, sea vuestra fortaleza y guía y os dé la salud del alma y del cuerpo.”…y a cuyo Espíritu estamos invocando ahora para que descienda sobre vosotros…”.

Audio 5

PROFESIÓN DE FE Y ORACIÓN DE LOS FIELES

Después de hacer la profesión de fe, rezando unidos la oración del Credo, tuvo lugar la Oración de los fieles, donde se pidió por nuestros pastores, las vocaciones, las familias, los enfermos y mayores, por los Agentes de Pastoral y por toda la Comunidad.

LITURGIA DE LA UNCIÓN

La celebración de la Unción tiene lugar después de la homilía (y del silencio reflexivo que haya podido hacerse a continuación). Vamos a celebrar ahora el sacramento de la Unción, en el que nuestros hermanos recibirán, por la imposición de las manos y la unción con el óleo santo, la fuerza de Jesucristo, que cura y salva.

– Monición a la imposición de las manos y la Unción:

Ahora, el celebrante impondrá las manos y ungirá con el óleo santo a nuestros hermanos. Son unos gestos que provienen de Jesús. La imposición de las manos es el signo del don de Dios que desciende sobre nuestros hermanos: la gracia de Jesucristo resucitado, la fuerza del Espíritu Santo. Y la unción en la frente y en las manos es el signo de la presencia de Dios en ellos, para confortarlos y fortalecerlos en el cuerpo y en el espíritu.  Participemos, con nuestra oración, en la celebración de este sacramento.

– Imposición de las manos   El celebrante realiza la imposición de manos, mientras todos están en silencio.

– Demos ahora gracias a Dios por el óleo con el que ungiremos a nuestros hermanos:

– Bendito seas, Dios, Padre todopoderoso, que por nosotros y por nuestra salvación enviaste tú Hijo al mundo. R/ – BENDITO SEAS POR SIEMPRE, SEÑOR.

– Hijo unigénito, que te has rebajado haciéndote hombre como nosotros, para curar nuestras

enfermedades. R/ – BENDITO SEAS POR SIEMPRE,

SEÑOR. – Espíritu Santo Consolador, que con tu poder fortaleces la debilidad de nuestro cuerpo. R/ –

BENDITO SEAS POR SIEMPRE, SEÑOR.

– Mitiga, Señor, los dolores de estos hijos tuyos, a quienes ahora, llenos de fe, vamos a ungir con el óleo santo; haz que se sientan confortados en su enfermedad y aliviados en sus sufrimientos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

–  Momento de la Unción   El celebrante se dirige personalmente a cada enfermo y a continuación lo unge en la frente y en las manos diciendo:

Por esta santa Unción y por su bondadosa misericordia te ayude el Señor con la gracia del Espíritu Santo, R/. Amén.

Para que, libre de tus pecados, te conceda la salvación y te conforte en tu enfermedad.  R/ Amén.

(Entretanto el Coro puede cantar algún canto adecuado al momento.

– Oración universal: Se finaliza con una oración  de entre las sugeridas en la liturgia.

UNCIÓN REAL (Audio nº 4)

En nuestra Parroquia, las 95 personas que previamente se habían apuntado en la Sacristía, recibieron la Unción de Enfermos acudiendo por el pasillo central y volviendo por los laterales, mientras el

Coro Parroquial entonaba “Vengan a Mi”, “El Señor es mi fuerza” y “Ubi Charitas”. Audios 6

D. José Antonio y D. Ramón, fueron ungiendo a los enfermos y mayores según el rito explicado.

A cada enfermo se le entregó una estampa de la Virgen de Lourdes, que en el reverso lleva la oración que, al término de la Unción, recitan todos ellos como oración universal.

Fueron muchos los que superados por la emoción del momento no pudieron evitar las lágrimas purificadoras.

PROSIGUE LA EUCARISTÍA. (Oír Audio 7)

La misa finalizó con la bendición final.

OTRAS FOTOS DE LA CELEBRACIÓN