La preparación al matrimonio, a la vida conyugal y familiar, es de suma importancia para la familia y para la Iglesia. De hecho el sacramento del Matrimonio posee gran valor para la comunidad cristiana y en primer lugar para los esposos. Cuando una pareja decide casarse por la Iglesia es porque se quieren comprometer a amarse tan profundamente como Dios nos ama. No hay otro interés de por medio, todo debe ser por amor.
El dialogo diario es un método especifico que nos ayuda a crecer más como pareja. Esta será la balanza que llevara nuestro matrimonio a buen termino o al fracaso y solo depende de la calidad del mismo, para que sea un buen matrimonio. Y la expresión de lo que sentimos es lo que hace que nuestro dialogo sea profundo, es decir dialogo a través de los sentimientos. Hoy en día se asiste en no pocos casos al deterioro de la pareja por una falta de dialogo. Todo ello lleva a una preocupación pastoral reiterada mil veces: Quien contrae matrimonio ¿está realmente preparado al mismo? El problema de la preparación al sacramento del Matrimonio y a la vida subsiguiente emerge como gran necesidad pastoral sobre todo para el bien de los esposos, la comunidad cristiana y la sociedad. Por eso crecen en todas partes el interés e iniciativas para ofrecer respuestas adecuadas y oportunas a la preparación al sacramento del Matrimonio.
El matrimonio es una institución natural, lo exige la propia naturaleza humana. Por lo que es una institución que no puede ser cambiada en sus fines y en sus características, ya que el hacerlo iría contra la naturaleza del hombre. El matrimonio no es por tanto, efecto de la casualidad o consecuencia de instintos naturales inconscientes. El matrimonio es una sabia institución del Creador para realizar su designio de amor en la humanidad. Por medio de él, los esposos se perfeccionan, y crecen mutuamente.
Si observamos a nuestro alrededor, vemos como hay algunas parejas que no se casan. Cuando aparece la atracción mutua y el amor, deciden formar una familia a “su manera”, se consiguen un lugar donde vivir y se “arrejuntan” y así viven toda la vida. Luego viene los niños y la familia crece. Lo que no saben es de todo lo que se pierden, al no haber permitido que Dios entre a su hogar. Sin embargo, ustedes sí se han dado cuenta de ello y han decidido casarse. La importancia de la preparación exige un proceso de evangelización consistente en la maduración de la fe y su profundización. Si la fe está debilitada o casi no existe ya, es preciso reavivarla y no se puede excluir una instrucción exigente y paciente que provoque y alimente el ardor de una fe viva.
Para los cristianos el matrimonio, que tiene su origen en Dios creador, implica además una verdadera vocación a un estado y vida de gracia particulares. Para llevar a su madurez esta vocación, se requiere una preparación adecuada y especial, y un camino de fe y amor específico, tanto más que dicha vocación se otorga a la pareja para bien de la Iglesia y de la sociedad. Y ello, con todo el significado y la fuerza de un compromiso público, hecho ante Dios y ante la sociedad, que va más allá de los límites individuales.
En cuanto comunidad de vida y amor, sea como institución divina natural o como sacramento, el matrimonio no obstante las dificultades presentes, sigue conservando en sí una fuente de energías formidables, y con el testimonio de los esposos puede ser Buena Nueva y contribuir eficazmente a la nueva evangelización y asegurar el futuro de la sociedad. Pero es preciso descubrir estas energías, apreciarlas y valorarlas por parte de los mismos esposos y de la comunidad eclesial en la fase precedente a la celebración del matrimonio; y en esto consiste su preparación.
Cursillos Prematrimoniales
En nuestra Parroquia se llevan a cabo dos cursillos prematrimoniales. Para participar en cualquiera de ellos es preciso inscribirse, pues hay un máximo de parejas por cursillo.
Para más información llamar al teléfono 607401941 (Ricardo y Amparo ).
La próxima fecha:
Octubre 2023: Sábado 28 de las 9.00h a 19h y domingo 29 de las 9.00h hasta el mediodía.