Domingo 16 de febrero de 2020
6º del Tiempo Ordinario

Lecturas:
Eclo 15, 15-20. A nadie obligó a ser impío.

Sal 118. Dichoso el que camina en la ley del Señor.

1 Cor 2, 6-10. Dios predestinó la sabiduría antes de los siglos para nuestra gloria.

EVANGELIO DEL DÍA:
Mt 5,17-37: pero yo os digo.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cum­plirse hasta la última letra o tilde de la Ley.
El que se salte uno sólo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos.
Os lo aseguro: Si no sois mejores que los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será procesado.
Pero yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será pro­cesado. Y si uno llama a su hermano “imbécil”, tendrá que compa­recer ante el Sanedrín, y si lo llama “renegado”, merece la condena del fuego.
Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuer­das allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto.
Habéis oído el mandamiento “no cometerás adulterio”. Pues yo os digo: El que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúl­tero con ella en su interior.
Si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en el infierno.
Si tu mano derecha te hace caer, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero al infierno.
Está mandado: “El que se divorcie de su mujer, que le dé acta de repudio. ”
Pues yo os digo: El que se divorcie de su mujer, excepto en caso de impureza, la induce al adulterio, y el que se case con la divorciada comete adulterio.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No jurarás en falso” y “Cumplirás tus votos al Señor”.
Pues yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo pelo. A vosotros os basta decir “sí” o “no”. Lo que pasa de ahí viene del Maligno.»
Palabra del Señor.

COMENTARIO

La Nueva Alianza está escrita no sobre tablas de piedra, sino en el corazón del hombre. Y no es letra muerta, sino Espíritu que da vida.

Esto significa que Cristo expresa el sentido pleno y espiritual de la antigua ley. Su palabra, acogida con fe, engendra un hombre nuevo, con un corazón y un espíritu nuevo. Con una manera de amar, de esperar, de vivir… totalmente nuevos.

La Nueva Alianza es el Espíritu Santo infundido por el Señor en el corazón del cristiano para “resucitar” a la gracia del perdón y a la gloria definitiva.

El Evangelio nos invita a descubrir cuál es la nueva justicia. Las exigencias de Jesús son una llamada a no quedarnos solo en los actos externos, sino en llegar hasta lo más profundo del corazón.

Por eso, el Evangelio nos invita a descubrir que no somos dueños sino servidores de la Palabra. Nos invita a la fidelidad: El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.

Nos invita a vivir la fidelidad en el matrimonio desde lo más profundo del corazón allí donde sólo Dios ve… Cada mañana se vuelve a tomar ante Dios esta decisión de fidelidad, pase lo que pase a lo largo de la jornada. Y cada uno, cuando va a dormir, espera levantarse para continuar esta aventura, confiando en la ayuda del Señor (cf. Francisco, AL 319).

Es en el corazón donde nacen los recuerdos, los deseos, los proyectos… Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios (cf. Mt 5, 8).

Y también a tomar en serio la propia vida: Si tu ojo derecho te induce a pecar… De nada le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde su alma.

En un mundo que habla mucho de paz pero que fomenta la agresividad, la ira, el resentimiento y la venganza, Jesús nos enseña que el cristiano no puede vivir peleado con su hermano. Nos enseña que para vivir en paz con Dios hay que estar en paz con los hermanos.

En un mundo que nos enseña a vivir en la mentira, en el relativismo, y en la apariencia, Jesús nos enseña que el cristiano ha de ser honrado, veraz y fiel en sus compromisos y palabras.

La salvación es un don gratuito. Pero el don hay que acogerlo. Y en la propia libertad lo podemos rechazar: Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti (San Agustín).

Y todo ello, no como una exigencia, sino como un don. No es una tarea que has de realizar tú con tus fuerzas, sino una obra que el Espíritu Santo realizará en ti… si tú te fías y le dejas hacer…

Este es el programa de vida. ¿Te atreves? ¡Déjate renovar por el Espíritu Santo! Dios te ama. Él quiere darte la felicidad. ¡Este es el camino! ¡Ánimo! El Señor te espera.

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